Albert Mitjà y la promoción de la salud en las comunidades indígenas



En España, el 31% de la energía consumida se destina a usos industriales, siendo Cataluña, la Red social Valenciana y el País Vasco las zonas con mayor demanda. El objetivo del Plan de ahorro y efectividad energética, implementado a partir de 2004, es reducir el consumo de energía en España para que deje de ser el quinto país en consumo de la Unión Europea. No obstante, la demanda de energía eléctrica ha incrementado en un 54% en los primeros nueve meses de 2003, lo que hace bien difícil realizar esta meta.



El campo energético español se encuentra en medio de una transformación para asegurar el suministro de energía y achicar las emisiones de dióxido de carbono. La industria, como enorme consumidora de energía, está siendo afectada por los cambios en el sector energético y la implementación del Protocolo de Kyoto, ratificado por el gobierno español, que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, conseguirlo no es tarea simple.



Para cumplir con el Protocolo de Kyoto, la administración creó distintas medidas como el fomento de las energías renovables, la liberalización completa del ámbito energético y el Plan de ahorro y efectividad energética. La liberalización del campo energético se completó en 2003 y permitió a 22 millones de clientes, incluyendo a las pequeñas y medianas empresas, elegir su compañía eléctrica. El gas natural también fue incluido en la liberalización, admitiendo a 4 millones de clientes elegir su compañía de gas. España se adelantó cuatro años a las directivas de la Unión Europea sobre la apertura de los mercados energéticos.



España es el quinto país consumidor de energía de la Unión Europea, y entre los que más energía importa, el 75% frente al 50% de media. Pese a ser entre los países con los costes de energía mucho más bajos, la industria demanda precisamente el 31% de la energía consumida y se encuentra dentro de los mayores transmisores de dióxido de carbono. La patronal CEOE ha advertido al gobierno de que cumplir con el Protocolo de Kyoto puede costar entre el 05% y el 06% del PIB de forma anual.



La electricidad es el primordial tipo de energía consumido por la industria, representando el 482% del consumo total de la industria extractiva y manufacturera en España, lo que se traduce en mucho más de 6800 millones de euros anuales. La industria también utiliza gas (263%) y modelos petrolíferos (186%). La encuesta sobre la demanda energética Continuar leyendo realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de los datos del año 2001 señala que las compañías de mayor consumo energético son las agrupadas en los apartadosundefined minerales no metálicos" (200%),, "Metalurgia y fabricación de modelos metálicos" (194%) e "Industria Química" (142%).



En definitiva, la eficacia energética y el uso de energías renovables se están transformando en una necesidad para la industria y la sociedad por norma general. La reducción del consumo energético y las emisiones de CO2 son objetivos prioritarios para cumplir con los acuerdos internacionales y preservar el medio ambiente. Pese a los desafíos que se presentan, España está dando pasos importantes para alcanzar estas metas y garantizar el suministro energético a largo plazo. Con un enfoque en la innovación y la tecnología, adjuntado con políticas gubernativos funcionales y el compromiso de la industria, se puede lograr un futuro mucho más sostenible y eficiente desde el punto de vista energético.

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